Hola
Si estás aquí es porque te has quedado con las ganas de que te cuente mi historia épica.
Voy a decepcionarte.
Tengo una historia. Como todos. Como tú.
Pero no es épica.
Voy a ello.
Nací el año del mundial de Naranjito (pregúntale a ChatGPT si no sabes cuando fue) en un pueblo donde hacía mucho calor.
Tuve (y tengo) 2 padres y 1 hermana.
Mi hermana se dedicaba a chincharme.
Mis padres se dedicaban a amarme.
Mi padre se puso enfermo. Mucho.
Mi madre tuvo que tirar del carro. Mucho.
Fui al colegio y al instituto.
Por aquellos tiempos no se llamaba bullying. Pero dolía igual.
Estudié. Terminé. Me fui de casa. Me compré un traje y una corbata.
La corbata se apolilló. El traje encogió.
Cancelé la compra del pisito en urbanización con pista de pádel. Peté. Volví a casa de mis padres.
Me fui de vacaciones a La India. Hice el Camino de Santiago del tirón en 33 días. Hice más terapia que Freud.
Versión 2.0. Volví a irme de casa. Estudié psicología. No sirvió para nada.
Me formé en Terapia Gestalt, hice el SAT de Claudio Naranjo. Sirvió para mucho. Sirvió para todo.
Salí. Hice el amor. Bebí. Comí. Jugué. Gané. Perdí.
Conocí a una rubia. Nos encerraron unos meses. Aplaudí en el balcón. Nació otra rubia.
Todo empezó a cobrar sentido. Descubrí la fórmula. Cree LVEUM.
Lo que vendrá a partir de ahora no lo sé.
Lo que sí sé es que la vida, aún siendo una mierda, puede vivirse con calma, con humor y con la tranquilidad de saber que no estás solo en esto.
Si quieres, puedes empezar a recibir mis emails. Son gratis, son reales, y no prometen milagros.