Lo que los niños saben hacer (y tú has olvidado)
Introducción
¿Tienes niños cerca?
Hijos, sobrinos, vecinos, hijos de amigos…
Si los tienes, obsérvalos.
No busques si están bien educados o si gritan mucho. No vayas por ahí.
Mira cómo viven.
Cómo se mueven.
Cómo sienten.
Porque los niños saben hacer algo que tú has olvidado.
Los niños no quieren ser felices
Piénsalo.
¿Conoces algún niño que diga: “Yo solo quiero ser feliz”?
No. Porque ellos no buscan ser felices.
No lo necesitan. Ni siquiera saben qué es eso.
Los niños no quieren ser felices.
Los niños quieren:
- Jugar.
- Saltar.
- Correr.
- Investigar.
- Dar gritos.
👉 Los niños solo quieren hacer lo que les sale de dentro.
No es lo que les sale de las narices (aunque a veces también).
Es lo que sienten. Lo que ocurre en su cuerpo en ese preciso momento.
Los niños viven en lo que tú persigues: el presente
Esto que ahora está tan de moda y que llaman mindfulness es algo que los niños hacen de forma natural.
👉 Ellos están donde están.
👉 Ellos sienten lo que sienten.
👉 Ellos cambian de actividad, de emoción, de estado… sin pedir permiso.
Un niño puede:
- Llorar porque se hace daño.
- Oír una canción de fondo.
- Y empezar a cantarla mientras sigue llorando.
Y todo eso en menos de un minuto.
👉 ¿Tú? Ni de coña.
Tú no te lo permites
Si estás llorando y suena King África con Booomba, no te vas a poner a cantarla.
No te lo permites.
Si estás haciendo algo y te apetece cambiar de actividad, te fuerzas a terminar lo que empezaste.
No te lo permites.
Si deseas algo con fuerza, te rindes mucho antes que un niño.
No te lo permites.
¿Por qué?
Porque tú ya tienes la jaula montada.
Tú ya aprendiste lo que "se debe" y "no se debe" hacer.
Tú ya te limitas aunque te estés ahogando por dentro.
Cómo pierdes esta habilidad al crecer
La gran pregunta es: ¿cuándo te lo dejaste de permitir?
👉 Lo perdiste poco a poco. Sin darte cuenta.
Cuando eras niño, todo lo que sentías tenía permiso para salir. Pero con el tiempo:
- Te dijeron que había emociones feas. Que llorar estaba mal. Que enfadarse no se debe.
- Aprendiste a “portarte bien”, incluso cuando querías gritar.
- Interiorizaste que cambiar de opinión o de emoción era ser inestable.
Te enseñaron a reprimir, controlar, silenciar.
👉 Fuiste cambiando espontaneidad por educación. 👉 Fuiste cambiando sentir por cumplir.
Así, sin darte cuenta, perdiste el acceso a lo que los niños hacen de forma natural.
Y lo que es peor: empezaste a juzgarte cada vez que querías recuperar esa libertad.
👉 Hoy te dices: “No debería estar así”, “No puedo cambiar de actividad a mitad”, “Tengo que ser coherente”.
Pero ser coherente no es quedarte atrapado. Ser coherente es respetar lo que te pasa en cada momento.
Los niños ya lo hacen. Tú te enseñaste a olvidarlo.
La buena noticia es que se puede volver. Se puede recuperar.
Los niños son expertos en estar vivos
Y no porque lo hayan leído en un libro.
Y no porque hayan hecho un curso.
👉 Los niños están vivos porque se permiten sentir lo que sienten.
👉 Se permiten cambiar de estado.
👉 Se permiten insistir en lo que desean.
Los niños son mindfulness en zapatillas.
Y tú eras así. Hasta que lo olvidaste.
Ejercicio: Recupera lo que los niños saben hacer
Prueba esto hoy:
- Si te apetece cambiar de actividad, cambia.
- Si estás mal y de repente te sale reírte, ríete.
- Si deseas algo, insiste al menos un poco más.
- Si te apetece cantar una canción absurda mientras estás triste, cántala.
👉 Los niños lo hacen.
👉 Tú lo sabías hacer.
Y no se trata de volverte infantil.
Se trata de volver a estar en ti.
Observa a los niños y aprende
Pasa un día observando a los niños que tengas cerca.
Mira cómo viven.
Mira cómo sienten.
Mira cómo insisten.
Y después imagina cómo serías tú si te atrevieras a hacer lo mismo.
👉 Primero imagina.
👉 Luego hazlo.
Aquí empieza el cambio real.
Lo que te ofrecemos en LVEUM
En La Vida Es Una Mierda (LVEUM) no te vendemos felicidad.
Te ofrecemos prácticas reales para que vuelvas a sentirte vivo sin postureo.
✔️ Procesos que puedes hacer en soledad.
✔️ Ejercicios vivenciales y directos.
✔️ Prácticas para soltar el ruido mental.
Conclusión
👉 Los niños no buscan ser felices.
👉 Los niños buscan vivir.
👉 Los niños sienten y se mueven con lo que les pasa, sin filtro.
Tú lo sabías hacer.
Se te olvidó.
En LVEUM te ayudamos a recordarlo.
A volver a ti.
A permitirte sentir y vivir como hacías cuando eras niño.
Todo lo bueno pasa en mi lista de emails, envío uno cada día, apúntate aquí: